Guía de Alimentación del Niño(a) Menor de 2
años. Guías de Alimentación hasta la Adolescencia.
Dpto. Nutrición y Ciclo vital División de
Prevención y Control de prevención y control de enfermedades. Ministerio de
Salud Chile 2005
Guías de alimentación en el niño (a) mayor de 2
años.
En esta etapa es necesario considerar con más fuerza algunos aspectos
psicológicos en
relación a la alimentación, ya que el niño(a) adquiere a esta edad la mayor
parte de los
hábitos alimentarios y preferencias que determinarán en gran medida el tipo de
alimentación futura. El niño(a) irá progresivamente siendo capaz de alimentarse
por si solo,
en una situación transitoria entre la absoluta dependencia, en el primer año de
vida y la
independencia del escolar. Es necesario por ello ir educándolo de modo que
avance en el
desarrollo, apoyándolo según sus necesidades. El objetivo es que la alimentación
cubra los
requerimientos para un crecimiento y desarrollo adecuados, haciendo de ésta un
momento
agradable tanto para el niño(a) como para su entorno.
Desde los 24 meses, los niños(as) deberían incorporarse progresivamente a los
horarios
de alimentación familiar; se sientan en la mesa y reciben una dieta igual a la
del resto de la
familia, salvo excepciones en que varía la consistencia o algunos ingredientes,
pueden
recibir líquidos en taza o vaso, supervisados por un adulto para evitar
accidentes. Pueden
además recibir leche fluida, sugiriéndose que ésta sea baja en contenido de
grasa
especialmente en niños(as) con malnutrición por exceso o con factores de riesgo
de serlo
(Norma de Manejo Ambulatorio del Niño(a) Menor de 6 años, con Malnutrición).
Debemos considerar que el apetito tiene variaciones individuales y si un niño(a)
no
come todos los días la misma cantidad, ésto puede deberse a múltiples factores
no
patológicos, debiendo tranquilizar a los padres, toda vez que el estado de salud
y nutricional
se mantengan normales.
La alimentación del mayor de 2 años debe estar basada en las Guías Alimentarias
para
la Población Chilena (Anexo 21), las que orientan el adecuado consumo de
alimentos, tanto
en calidad como en cantidad. Las guías alimentarias son un conjunto de
recomendaciones
de consumo de alimentos que pretenden orientar a la población en la adquisición
de una
dieta saludable que sea capaz de prevenir las enfermedades crónicas no
transmisibles. Son
mensajes simples, de fácil comprensión por la población general, que han sido
previamente
validados en los grupos objetivos.
Guías Alimentarias para la población chilena:
1. Consume 3 veces en el día productos lácteos como leche, yogur, quesillo o
queso
fresco, de preferencia semidescremados o descremados.
Come al menos 2 platos de verduras y 3 frutas de distintos colores cada día.
Come porotos, garbanzos, lentejas o arvejas al menos 2 veces por semana, en
reemplazo
de la carne.
Come pescado mínimo 2 veces por semana, cocido, al horno, al vapor o a la
plancha.
Prefiere los alimentos con menor contenidos de grasas saturadas y colesterol.
Reduce tu consumo habitual de azúcar y sal.
Toma 6 a 8 vasos de agua al día.
Se recomienda que la distribución del aporte sea mayor en las primeras horas del
día y
vaya disminuyendo hacia la noche.
El desayuno es una horario de alimentación de gran importancia a toda edad,
irrumpe el
ayuno nocturno y permite reactivar funciones fisiológicas “dormidas”. Según
diversos
estudios, se ha demostrado que la primera comida del día ayuda a los niños(as) a
pensar con
rapidez, prestar atención y comunicarse en forma apropiada con el entorno. Un
niño(a) en
edad escolar que concurre a su colegio sin desayunar correctamente tiene
dificultades de
concentración y memoria, o también puede sentirse cansado y nervioso, todas
funciones
cerebrales que se han vinculado con el buen desayuno.
Un buen desayuno debe estar constituido por un lácteo de preferencia de bajo
contenido
graso, una porción de cereal o pan y eventualmente una fruta, la que puede ser
recibida
como colación si ésta existe.
Las colaciones siguen sin ser necesarias a esta edad. Si no es posible respetar
los
intervalos de horarios de alimentación (cada 4 horas), el volumen y/o el aporte
de
nutrientes, o si está instaurado en el jardín y/o escuela, podrán administrarse
colaciones
saludables (Anexos 22 y 23), las que no reemplazan una alimentación balanceada y
deben
adecuarse a las necesidades nutricionales del niño(a), siendo de preferencia
frutas, verduras,
lácteos de bajo contenido graso, cereales y líquidos sin azúcar.
Por otro lado, es importante reforzar en esta etapa, el desarrollo de hábitos de
higiene
bucal, sin pasta dental hasta los 4 años.
Recomendaciones alimentarias:
- Tiempos de comida: lo ideal es consumir 4 comidas establecidas en el día en el
caso de
preescolares y escolares
- Distribución energética de los 4 tiempos de comida: la recomendación establece
las
siguientes proporciones aproximadas:
Desayuno 25%
Colación 5%
Almuerzo 30%
Once 15%
Cena 25%
Aplicar las guías alimentarias para obtener una alimentación saludable
Acciones que faciliten la obtención de un patrón alimentario saludable, por
ejemplo:
Realizar las comidas en un ambiente familiar tranquilo y de afecto
Dar alimentos que les sean familiares, porque los niños(as) aceptan mejor
aquellos que consumen sus padres
Al ofrecer un alimento nuevo hacerlo en cantidades progresivas y repetir esta
oferta para que el alimento sea aceptado, hasta que se logre su incorporación a
la
dieta habitual
Ofrecer los alimentos en trozos pequeños para facilitar el uso del cubierto y
así,
propiciar la independencia al comer
Proporcionar alimentos de diferentes texturas para reforzar las habilidades
masticatorias y favorecer la secreción salival
Dar alimentos de variados colores para que actúen como un estímulo para el
apetito.
Comiendo fuera de casa
La independencia y autovalencia es un proceso normal y progresivo que los
padres
deben guiar entregando las herramientas y conocimientos necesarios para que la
toma de decisiones por parte del niño(a) sea correcta.
Un gran paso ocurre cuando el niño(a) comienza a ir al Jardín Infantil donde
las
colaciones traídas desde el hogar son parte del sistema alimentario instituido.
El escolar, cada vez con mayor frecuencia, en especial cuando el sistema
escolar
contempla la jornada completa, se ve obligado a realizar al menos un tiempo de
comida fuera de casa, por lo general el almuerzo.
La situación puede ser muy diversa: un servicio de alimentación tipo casino al
cual
el niño(a) esta suscrito, comprar alimentos en una cafetería, llevar almuerzo
preparado desde la casa, comprar alimentos en un kiosco, etc.
El problema más común en este escenario es la falta de supervisión de la
cantidad
ingerida por cada niño(a). Este sistema presenta el riesgo de promover mayor
obesidad en los niños(as) con exceso de peso, ya que permite la repetición de
algunas comidas, y la persistencia de bajo peso o inapetencia en otros.
En los colegios frecuentemente hay lugares donde se vende una amplia variedad
de
productos envasados tipo snack y de comida rápida, que reúnen las
características
contrarias a las que presentan los alimentos saludables. Este tipo de alimentos
provee un alto contenido energético y sin embargo produce bajo nivel de
saciedad,
por lo que promueve la obesidad. También entregan un exceso de grasas del tipo
saturadas, azúcares simples y sodio. Es en estas situaciones en donde debe
existir
una preocupación mayor por orientar el tipo de comida de los niños(as) con el
objetivo de mantener una calidad nutritiva y saludable que le permita su
desarrollo
óptimo y lo proteja del futuro desarrollo de enfermedades crónicas no
transmisibles, basado en las guías alimentarias chilenas.
Recomendaciones en la Etapa Preescolar
El grupo de niños(as) en edad preescolar es muy heterogéneo en sus
características
tanto sociales, fisiológicas, como nutricionales.
La etapa de 2 a 3 años se ha definido como una etapa de riesgo nutricional.
Los
factores que influyen son un elevado requerimiento energético, capacidad
gástrica
limitada y exigencias que derivan de su incorporación al ámbito social.
Se espera que durante esta edad el niño(a) se integre a la dieta familiar, lo
cual
implica incorporar nuevos alimentos con sabores y texturas desconocidas. El
rechazo a nuevos alimentos es un comportamiento característico de los niños(as)
pequeños, aunque el rechazo inicial no debe tomarse como una respuesta
definitiva.
La exposición reiterada al alimento puede terminar cambiando el rechazo inicial
por
aceptación y en definitiva constituye una manera de establecer una dieta variada
que
asegure un patrón alimentario saludable. De lo contrario, el retiro del alimento
por
parte de los padres, conduce rápidamente a dietas muy limitadas en su variedad.
El preescolar se encuentra desarrollando sus habilidades motoras, lo que es
muy
importante en la adquisición de independencia al comer. Para obtener éxito en
esta
tarea, es necesario que los padres dejen que el niño(a) intente comer por si
mismo
utilizando el cubierto, supervisando que no existan situaciones de riesgo.
A este conjunto de exigencias se suma la necesidad de adquirir progresivamente
independencia que le permita incorporarse a un grupo social. El ingreso a la
educación preescolar formal constituye una instancia de aprendizaje del
comportamiento social esperado y de importantes avances en el plano cognitivo.
En la etapa entre 4 y 6 años, los niños(as) se abocan a consolidar los
profundos
cambios producidos en los dos años anteriores.
A los 4 años se puede agregar pasta dental infantil (400-500 ppm. de Fluor) al
cepillado de dientes, en pequeña cantidad (tamaño de una arveja).
Recomendaciones en la Etapa Escolar y Adolescente
Durante esta etapa ocurren grandes cambios fisiológicos y psicológicos y los
requerimientos nutricionales serán influenciados por los eventos normales de la
pubertad y por un marcado crecimiento. La pubertad es un período intensamente
anabólico, con aumento del peso y talla, y variaciones de la composición
corporal
que resultan en un aumento de la masa magra y cambios en la cantidad y
distribución de la grasa de acuerdo al sexo. Como resultado de los cambios
puberales los hombres tienen más masa magra, más masa ósea y menos masa
adiposa que las mujeres. Como la masa magra es metabólicamente más activa en
función del tejido adiposo, las diferencias por sexo en la composición corporal
producen diferencias por sexo en los requerimientos nutricionales de los
adolescentes.
La gran variabilidad individual en la edad de inicio e intensidad del estirón puberal,
hace que la edad cronológica no sea un buen índice del requerimiento nutricional
en
ese período.
♦ La alimentación debe ser balanceada y saludable. Evitar comer frente al
televisor,
computador o en el cine.
Se recomienda una ingesta calórica normal, con una proporción balanceada de
todos
los nutrientes. El aporte calórico de los macronutrientes es igual a los de un
plan de
alimentación normal (grasas 25-30%, proteínas 15%, hidratos de carbono 55-60%).
En hidratos de carbono no más del 10% de azúcares simples (sacarosa) y 90%
predominio de almidones.
La proporción de grasas saturadas, poliinsaturados y monoinsaturados debe ser
1:1:1, dando énfasis en los monoinsaturados y a los omega 3.
Favorecer el consumo de alimentos y preparaciones de bajo índice glicémico
(Anexo 24).
Adecuado fraccionamiento de la ingesta diaria en 3 a 4 comidas principales y
si es
necesario 1 a 2 pequeñas colaciones saludables de baja densidad energética.
Valorar la importancia del desayuno.
Se debe mantener un tamaño de las porciones adecuado y eliminar ciertos
alimentos
que permitan evitar el excesivo aporte calórico, sin que el o la adolescente
pase
hambre. Reducir la ingesta calórica en las comidas vespertinas y nocturnas.
Reducir ingesta de alimentos hipercalóricos, ricos en azúcar, grasas y sal
(bebidas
gaseosas, golosinas, alimentos de cocktail, productos de pastelería).
Promover que el o la adolescente lleve la colación saludable desde su casa.
Es importante recordar que la prohibición absoluta de determinados alimentos
ricos
en calorías puede aumentar el deseo de consumirlos. Se dejarán para determinadas
ocasiones (fiestas familiares o del colegio, etc.).
Los adolescentes deben incluir en su higiene oral el uso de seda dental además
del
cepillado de dientes.
Guías de alimentación diaria para niños y niñas
de 2 a 18 años