Guía de Alimentación del Niño(a) Menor de 2
años. Guías deAlimentación hasta la Adolescencia.
Dpto. Nutrición y Ciclo vital División de
Prevención y Control de prevención y control de enfermedades. Ministerio de
Salud Chile 2005
Alimentación del niño (a) de 0 – 6 meses de
edad
La lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida, debe ser la meta en
todo lactante.
La promoción de la lactancia materna de los niños(as) durante este periodo de su
vida, debe ser un tema prioritario para el trabajo de los equipos de salud,
impulsando e
incentivando a las familias, desde la primera actividad de salud a la que acude,
incluso en la
etapa prenatal, y por cualquier miembro del equipo que la ejecute (Anexo 1).
En este sentido además es importante que el personal de salud maneje aspectos
básicos relacionados con las ganancias de peso y talla así como lo relativo a
canal de
crecimiento y velocidad de crecimiento, que hacen a cada individuo único en su
desarrollo.
De esta forma, puede orientarse adecuadamente a cada familia, en lo referente a
una
alimentación saludable desde el comienzo de la vida, considerando los
antecedentes
personales, familiares y socioculturales.
Actualmente la Organización Mundial de la Salud, está desarrollando nuevas
gráficas de crecimiento para niños(as) menores de 2 años, basados en el
seguimiento
longitudinal de incrementos de peso y talla de población representativa,
alimentada en
forma exclusiva con lactancia materna durante los primeros 6 meses; se espera
disponer de
estas nuevos datos en los próximos años.
A.- Con Lactancia Materna exclusiva :
La leche materna es el único alimento capaz de satisfacer todas las necesidades
nutricionales durante los primeros 6 meses de vida, sin requerir otros alimentos
o agregados
como agua o jugos.
El niño(a) es capaz de mamar y tragar solamente líquidos en los primeros meses
de
vida, por la presencia de los reflejos de succión y deglución, que por
definición son
involuntarios.
La succión precoz y frecuente del calostro mantiene en el niño(a) la glicemia en
niveles adecuados, evita la deshidratación y la pérdida exagerada de peso en el
recién
nacido, proporciona además inmunoglobulinas y otras proteínas que son parte del
sistema
inmune y por lo tanto, de gran importancia para un recién nacido. El volumen
relativamente
pequeño del calostro durante los primeros días post parto, contribuye además a
que el
lactante pueda establecer en forma adecuada la coordinación entre las funciones
de succión,
respiración y deglución, y permite la baja de peso fisiológica de los primeros
días de vida.
El amamantamiento, por otra parte, favorece la relación madre hijo(a) al
permitir el
contacto piel a piel entre ambos, ayudando a mantener la temperatura corporal
del niño(a) y
evitando el estrés; favorece el desarrollo normal de los maxilares, dados los
movimientos
antero posteriores que realiza la mandíbula y las posiciones que adopta la
lengua para
extraer la leche; esto constituye la deglución visceral o infantil.
Hasta los 4 meses los niños(as) presentan una menor capacidad para digerir
hidratos
de carbono complejos (almidones), debido a la menor actividad de la amilasa
pancreática;
la cual sólo alcanza un nivel de actividad significativo a partir de esta edad.
También está
presente, hasta los 4 a 6 meses, el reflejo de extrusión que determina que el
alimento
introducido en la parte anterior de la cavidad bucal sea frecuentemente
expulsado.
Entre los 4 y los 6 meses el niño(a) puede experimentar salivación más
abundante,
picazón de encías y llevarse las manos frecuentemente a la boca. Debe permitirse
al niño(a)
que juegue y pruebe sus manos, para que registre nuevas percepciones en la
lengua. A esta edad madura por completo la deglución y aparece una masticación rudimentaria,
comienzan
a erupcionar algunos dientes y la lengua va adquiriendo una posición más
posterior. Esto
permite el cambio de consistencia de los alimentos, y aparece una masticación
rudimentaria, la que es sólo completamente eficiente cerca de los tres años.
Hasta los 6 meses el niño(a) tiene limitada capacidad para absorber grasas
saturadas
de cadena larga, esta inmadurez se compensa por la existencia de lipasas
linguales y
gástricas además de una lipasa específica de la leche materna que se activa al
llegar al
duodeno, en presencia de sales biliares.
Beneficios de la Lactancia Materna Exclusiva:
Para el Niño(a)
Nutrición óptima
Fácil digestibilidad
Mayor protección inmunológica y menor frecuencia y gravedad de infecciones
como
diarrea, otitis e infecciones respiratorias
Mejor desarrollo intelectual. Estudios han demostrado que existiría un
coeficiente
intelectual 2,6 puntos más altos en los niños(as) alimentados al pecho materno
vs los
alimentados con fórmulas y esta diferencia se acentúa en los recién nacidos
prematuros
Mejor organización biocronológica y del estado de alerta.
f) Patrones afectivos-emocionales más adecuados.
Mejor desarrollo dento maxilar y facial.
Menor frecuencia de trastornos alérgicos en el primer año de vida en los niños(as) con
factores de riesgo (familiares de primer grado con enfermedades atópicas).
Menor riesgo de desarrollo de Diabetes Mellitus tipo 1, en niños(as) con
antecedentes
de familiares de primer grado con esta enfermedad.
j) Menor riesgo de obesidad en etapas posteriores de la vida, efecto que es
proporcional a
la duración de la lactancia materna.
Existe además fuerte evidencia científica en relación a que la lactancia
materna podría
disminuir el desarrollo de: meningitis, enfermedades inflamatorias intestinales,
Diabetes
Mellitus tipo 2, hipercolesterolemia, Linfoma de Hodgkin’s y trastornos de
conducta
alimentaria de la infancia.
Para la Madre
Retracción precoz del útero.
Recuperación del peso, ayuda a perder grasa ganada durante el embarazo.
Prevención de cáncer de mamas y ovario.
Fortalecimiento de la autoestima materna.
Establecimiento del apego madre niño(a)
Satisfacción emocional de la madre.
Menor costo económico.
Probable menor riesgo de depresión postparto.
Para la Familia y la Sociedad
Refuerzo de lazos afectivos familiares, prevención del maltrato infantil.
Espaciamiento de los nacimientos.
Ahorro en alimentos y gastos por enfermedad.
Recomendaciones Prácticas para una Lactancia Materna Exitosa
Después de nacer, colocar el niño(a) sano seco sobre el abdomen de la madre
(contacto
piel a piel), en el postparto inmediato.
En el postparto, en sala de recuperación y luego de asear, pesar, medir y aún
sin vestir,
poner el recién nacido para que mame en contacto piel con piel con su madre.
Ayudar a la madre a iniciar la lactancia materna dentro de la hora siguiente
al parto,
asistiéndola y enseñándole o reforzándole una técnica de amamantamiento
adecuada.
Fomentar la lactancia materna a libre demanda, día y noche, para lo cual es
fundamental
que madre y recién nacido permanezcan en habitación conjunta durante las 24
horas.
No ofrecer fórmulas lácteas y/o suero glucosado excepto por indicación médica
en
situaciones especiales, así como tampoco dar agua, ni chupete de entretención.
Asegurar la posición adecuada del niño(a) y de la madre de manera que no se
produzca
dolor al amamantar y el bebé succione efectivamente; inicialmente con un mínimo
de 8
veces en 24 horas, hasta establecer un horario más regular progresivamente
(libre
demanda).
En el caso de la madre que trabaja fuera del hogar, se debe enseñar en forma
anticipada
la técnica de extracción, transporte, conservación y uso de la leche materna
extraída,
recomendándole dejar entre 100 y 200 ml de leche materna por cada mamada.
Evaluar la alimentación de la madre y corregir las prácticas alimentarias
inadecuadas,
reforzando las adecuadas y recomendando además el uso de medicamentos, salvo
indicación médica, evitando el consumo de tabaco y alcohol.
Supervisar la técnica de amamantamiento desde el primer control del recién
nacido,
creando grupos de pares que puedan compartir experiencias y que permitan
resolver en
conjunto problemas comunes, apoyados por personal de salud, capacitado en el
tema.
De esta manera se pueden desterrar mitos arraigados en nuestra cultura tales
como:
leche delgada, leche gatuna y otros.
Aunar mensajes coherentes entre los diferentes miembros del equipo de salud
que
permitan fomentar la práctica del amamantamiento.
Crear y/o reactivar las clínicas de lactancia materna en el nivel primario de
atención,
orientadas a asistir a las madres que demanden atención por cualquier problema
relacionado con la lactancia. Esta consulta debe ser considerada por el equipo
de salud
como una prioridad, otorgando las facilidades para su oportuna atención. En esta
consulta se ayuda a resolver los problemas de lactancia e incluso se puede
recuperar la
lactancia en madres que hayan destetado, y apoyar a madres adoptivas que deseen
amamantar.
Amamantamiento Correcto y Técnica de Extracción de Leche Materna
El éxito de la lactancia materna depende principalmente de una correcta técnica
de
amamantamiento. El requisito básico para un buen amamantamiento es una buena
disposición y confianza de la madre en su capacidad de amamantar, lo que se
logra si el
equipo de salud demuestra interés, promueve, apoya y facilita la práctica de la
lactancia
materna, como la forma naturalmente dispuesta para alimentar al niño o niña.
La técnica considera:
Correcta posición de la madre y del niño(a). Existen varias posiciones que
pueden
usarse con éxito. Con mucha frecuencia la madre adopta la posición sentada con
el
niño(a) acostado de lado en sus brazos, en ese caso se recomienda:
Siéntese cómoda con la espalda apoyada, colocando los pies en un pequeño piso.
Si el niño(a) es demasiado pequeño utilice una almohada o cojín para
acomodarlo a
la altura del pecho.
Sostenga al niño(a) recostado sobre su brazo, con el cuerpo enfrentándolo,
abdomen
con abdomen, la cabeza sobre el pliegue de su codo. Puede ayudarse con un cojín
sobre la falda para sostener al niño(a) y afirmar el brazo.
Sostenga la mama con la mano formando una “C”, con los cuatro dedos por debajo
y el
pulgar por arriba.
Con el pezón toque el labio inferior del niño(a) varias veces hasta que abra
ampliamente
la boca, en ese momento, y con un movimiento rápido, atraiga el niño(a) hacia la
mama, favoreciendo la entrada del pezón y casi toda la areola dentro de su boca.
Si el niño(a) está bien adherido al pecho, al succionar, no debe provocar
dolor, si duele
es porque el niño(a) está mal adosado a la mama por lo que se debe retirar del
pecho,
introduciendo un dedo por la comisura bucal, presionando la encía inferior. Al
colocárselo nuevamente al pecho preocúpese de que la boca del niño(a) esté bien
abierta antes de acercarlo a la mama.
Es conveniente que la madre reconozca la succión efectiva para saber que el niño(a) se
alimenta bien: se escucha la deglución durante la mamada, al finalizar la madre
nota el
pecho más blando, el niño(a) se duerme o queda tranquilo y presenta orina y una
deposición amarillenta, abundante, semilíquida y explosiva, que se adhiere al
pañal.
La oferta de lactancia materna es libre demanda, lo que significa que el
horario no es
estricto, aunque probablemente sea cada 2 a 3 horas, día y noche, los primeros
30 días y
luego progresivamente cada 3 a 4 horas hacia finales del 2do – 3er mes.
La duración de cada mamada en general fluctúa entre 5 a 15 minutos por lado.
En cada mamada el niño(a) debe recibir los dos tipos de leche de cada pecho:
la leche
inicial, con más contenido de lactosa y agua, y la leche final, con más
contenido de
grasa. Se recomienda alternar la mama con la que se inicia la alimentación.
La producción de leche se establece durante las primeras semanas postparto por
medio
del balance entre las necesidades del niño(a) y el estímulo de la succión. En
algunas
mujeres, la producción de leche aumenta lentamente según las necesidades
crecientes
del niño(a), en otras, alrededor del tercer mes se presenta la llamada “crisis
transitoria
de lactancia”, en que el niño(a) mama con mayor frecuencia y la mujer cree no
tener
leche, se le debe recordar a la madre que si amamanta más seguido, aumenta su
producción y vuelve a ordenarse.
Muchos sabores de los alimentos que come la madre pasan a la leche, pero eso
no
quiere decir que al niño(a) le hagan mal. No existen alimentos que produzcan
cólicos al
niño(a) al ser consumidos por la madre que amamanta.
La madre debe tomar sólo el líquido que desee según su sed; el exceso de
ingesta de
líquidos no aumenta la producción de leche.
El alcohol y las drogas, incluido el cigarrillo, pasan a la leche, por lo que
igual que
durante el embarazo, se deben evitar durante la lactancia.
Las mujeres durante la lactancia no deben automedicarse y deben advertir a
quién le
prescribe algún fármaco que está amamantando.
Es posible mantener lactancia exclusiva al volver a trabajar. Al mes postparto
ya
debiera discutirse el retorno al trabajo, cuales son sus planes, horario de
trabajo,
distancia, cuidado del niño(a) y los beneficios legales. Si no va a poder
llevarlo al
trabajo o tenerlo cerca para amamantarlo, debe comenzar a practicar la
extracción
manual para desarrollar la destreza. El ideal es que el destete sea paulatino.
Indicadores de Amamantamiento Correcto:
Sonido de deglución audible.
Actitud de niño(a) mamando tranquilamente, en forma rítmica y acompasada,
claramente relajado y satisfecho.
Sueño tranquilo que dura alrededor de 1,5 a 3 horas entre mamadas.
Producción de volumen de leche constante y bajada de leche en relación al
horario de
demanda del niño(a).
Aumento de peso normal en el niño(a).
Promedio 6 pañales al día mojados con orina clara.
Promedio 4 deposiciones amarillas y fluidas diarias, durante el primer mes de
vida.
Amamantamiento sin dolor, pezones y pechos sanos.
Extracción de Leche Materna:
Para hacer la extracción de leche, debe seguirse una rutina tanto en los
horarios como
en la disposición de los elementos a usar.
Lavar muy bien las manos con jabón, previo al procedimiento.
Diariamente debe etiquetarse cada envase con la fecha y hora de la extracción,
y si va a
ser enviado a la sala cuna, con el nombre del niño(a) en lugar visible.
Previo a la extracción propiamente tal, es necesario preparar los pechos,
haciendo un
masaje suave con pequeños movimientos circulares, sobre el pezón y la areola.
Cuando los pechos están congestionados se puede estimular el flujo de la leche
colocando compresas tibias sobre ellos, antes de iniciar la extracción.
La cantidad de leche extraída en cada sesión puede variar según las
circunstancias, el
estado psicológico de la madre, la hora, el ambiente y el tiempo que dedica a
ello.
Idealmente evitar el trasvasije de leche y utilizar el mismo biberón que
ofrecerá al
niño(a).
Cuando la leche es almacenada, es normal que la porción de grasa se separa y
queda
pegada en las paredes de los envases, pero se mezcla al agitarla suavemente.
La técnica de extracción es igual a la técnica de amamantamiento y debe ser
ensayada
con el profesional de salud. La extracción puede ser por ordeñamiento mamario
manual
o apoyado por bombas extractoras.
Seleccionar un sistema de conservación según sea necesario: idealmente en
refrigerador
o en congelador.
Debe recordarse que mientras más leche se extrae más leche se produce.
Tiempo de conservación: Tº ambiente 12 horas; refrigerador 3 a 5 días,
congelador
dentro del refrigerador 14 días (refrigerador de una puerta); congelador
separado del
refrigerador 3 meses (refrigerador de 2 puertas o congelador independiente)
(Anexo 2).
Es ideal un descongelamiento lento: en la noche anterior sacarla del
congelador y
ponerla en el refrigerador. No se recomienda recongelar la leche que ha sido
parcial o
totalmente descongelada. Para entibiar la leche se recomienda hacerlo a "baño
maría",
con la olla retirada del fuego unos minutos, sin hervirla y probarla en el dorso
de la
mano antes de administrarla. Antes y después de entibiar la leche es necesario
batirla.
Reinducción de Lactancia:
Si el niño(a) ha dejado de amamantar o se amamanta parcialmente, se le debe
explicar a
la madre que ella, si desea amamantarlo, puede llegar a producir nuevamente la
cantidad de leche que su hijo(a) requiere, a través de la reinducción de su
lactancia.
Para lograr que el niño(a) succione de una mama que al comienzo no produce
leche o lo
hace en poca cantidad, se puede gotear leche (con gotario o jeringa) sobre la
areola
mamaria cuando se inicia el amamantamiento o bien, aportar la leche por medio de
un
suplementador (con una sonda que se introduce en la boca del niño(a) junto al
pezón).
El niño(a) al succionar extrae leche de la sonda y al mamar para hacerlo,
desencadena
los reflejos de producción y eyección de la leche. Se le debe recomendar a la
madre
amamantar al comienzo cada 1,5 a 2 horas y mamada por medio hacerlo con el
suplementador que contiene la leche.
Cuando se controla al niño(a), se debe evaluar en forma periódica el peso para
ir
reduciendo en forma progresiva el suplemento, hasta eliminarlo cuando la madre
recupera su producción de leche y es capaz de satisfacer las necesidades
nutricionales
de su hijo(a).
Para el caso de hijos(as) adoptivos, deberá existir asesoría por profesional
experto y
puede utilizarse el método de suplementador.
Contraindicaciones de la Lactancia Materna:
(esta indicación debe estar establecida por médico)
Infección de la madre con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH)
Infección tuberculosa activa no tratada en la madre
Uso de fármacos o drogas u otras sustancias químicas que afectan a la madre,
la leche
materna o al lactante (Anexo 3)
Galactosemia clásica y algunos otros errores congénitos del metabolismo
Tratamiento oncológico en curso
Indicaciones específicas del médico tratante
Alimentación de la Madre Durante la Lactancia
Durante la lactancia los requerimientos nutricionales de la madre aumentan para
poder sustentar el crecimiento y desarrollo del niño(a), así como también el
metabolismo y
desarrollo de la glándula mamaria. Parte de este aumento de los requerimientos
es extraído
de los nutrientes almacenados durante el embarazo, pero el resto debe ser
adicionado a la
alimentación basal de la madre.
Las recomendaciones más recientes del Instituto de Medicina de los Estados
Unidos
y de la FAO/OMS para la mujer durante la lactancia se presentan en el Anexo 4.
Para la
mayoría de los nutrientes las recomendaciones aumentan entre un 25 a 50%, por lo
que no
es suficiente aumentar la cantidad de alimentos, sino que debe hacer una
selección para
mejorar la calidad de la alimentación.
La composición nutricional de la leche materna es influenciada en parte por la
alimentación de la madre, por lo que durante este período debe alimentarse lo
más
completa y variadamente posible. Esto favorece además el contacto precoz del
niño(a)
con nuevos sabores, por lo que no se justifica eliminar alimentos en forma
indiscriminada
de su dieta.
Los lípidos en la leche materna son los nutrientes de mayor variabilidad, tanto
cualitativamente como cuantitativamente. El ácido docosahexanoico (DHA) y el
ácido
araquidónico (AA) son ácidos grasos polinsaturados con un importante rol en el
desarrollo
del sistema nervioso central. La cantidad de DHA presente en la leche materna
varía entre
0,1 a 1,4 % del total de los ácidos grasos, dependiendo de la dieta, siendo
mayor en zonas
con alto consumo de alimentos marinos (pescado). En nuestro país el consumo de
estos
alimentos es bajo lo que determina que el nivel en la leche materna no sea
óptimo (0,15%
del total de ácidos grasos). Un estudio reciente en nodrizas chilenas demostró
bajos niveles
de DHA en la leche materna, el que aumentó significativamente después de una
suplementación con 160 g de jurel en conserva, dos veces por semana. Se debe
fomentar
por tanto un mayor consumo de alimentos ricos en la serie omega-3 como los
pescados,
especialmente aquellos más grasos como jurel, atún, sardinas, salmón y cojinova,
entre
otros.
El calcio es uno de los nutrientes más críticos por la baja ingesta de alimentos
lácteos. Alrededor de un 25% de la población adulta, no consume leche ni
derivados lácteos
y el resto mayoritariamente consume sólo una porción de éstos. Es fundamental
por lo tanto
incentivar el consumo de lácteos y de alimentos fortificados con calcio, con el
fin de llegar
a las recomendaciones, en especial en los primeros 6 meses postparto. Se debe
tratar de
consumir lácteos descremados o semi descremados para evitar el consumo excesivo
de
grasas saturadas.
La demanda de hierro durante el embarazo es tan alta que muchas veces requiere
suplementación oral y eventualmente hasta el 6to mes postparto, especialmente si
hay
lactancia materna exclusiva.
Se debe estimular además el consumo de verduras y frutas para cubrir las
necesidades adicionales de otros nutrientes.
La ingesta de alcohol y el consumo de tabaco durante la lactancia afectan el
sabor
de la leche materna, reducen significativamente el volumen de ella y afectan el
ciclo sueño
vigilia del niño(a), por lo cual deben evitarse en este período.
En los casos de mujeres vegetarianas estrictas se debe buscar asesoría
profesional
para evitar carencias de macro y micronutrientes y al menos suplementar a la
madre con
vitamina B12 (2,6 ug/d) para evitar las deficiencias clínicas en el niño(a).
Aunque las necesidades de energía son significativamente mayores en la lactancia
que en el embarazo, ello no significa descuidarse de controlar el consumo de
calorías.
Estudios chilenos demuestran que desde el primer control post parto hasta los 6
meses post
parto la mujer con lactancia materna exclusiva tiende a ganar cerca de un kilo
de peso, en
vez de perder los 4-5 kg de tejido adiposo que ganó durante el embarazo. Por
esto la
“Estrategia de Intervención Nutricional a Través del Ciclo Vital” del Ministerio
de Salud,
introduce, entre otros ejes de acción, el control de peso materno a los 3 y 6
meses postparto
e incentiva que una proporción creciente de madres recuperen el peso
preconcepcional en
este período.
B.- Sin Lactancia materna exclusiva
Cuando las circunstancias no permiten amamantar al niño(a) o ésta es
insuficiente, a
pesar de haber intentado la reinducción, es necesario ofrecer una opción
alimentaria
alternativa que satisfaga o complete las necesidades nutricionales del niño(a)
(Anexos 5, 6,
7, 8, 9 y 10) y que sea entregada con la misma ternura con que se ofrece la
alimentación
natural. La primera opción son las fórmulas artificiales basadas en leche de
vaca
modificada, cuya composición procura ser semejante a la de la leche materna y
que se
conocen como Fórmulas de Inicio (FI).
El Reglamento Sanitario de los Alimentos
(Decreto Supremo Nº 977/96 del Ministerio de Salud) ha establecido los rangos
considerados como adecuados para estas fórmulas lácteas. Estas fórmulas se
preparan en
general al 13%, tienen incorporadas medidas dosificadoras, además de una tabla
de técnica
de preparación, en las etiquetas de los productos y no requieren de adición de
otros
alimentos. Tienen una densidad energética similar a la leche materna,
aproximadamente 67
kcal/100 ml (Anexos 11, 12).
Si el niño(a) recibe Leche Purita Fortificada (LPF), deberá reconstituirse al
7,5%
a esta edad, con el fin de adecuar el aporte de proteínas, calcio, fósforo y
sodio a las
recomendaciones internacionales, previniendo de esta manera las patologías por
exceso de
algunos nutrientes. Se adicionará azúcar o maltosadextrina al 2,5% para alcanzar
las
recomendaciones de energía para la edad y es necesario agregar un 2% de aceite
vegetal,
que permita cubrir los requerimientos de ácidos grasos esenciales.
El volumen varía de acuerdo a la edad del bebé, iniciándose la alimentación con
aproximadamente 60 ml por vez en los primeros días, para llegar aproximadamente
a 200
ml por vez, a los cinco meses (140-160 ml x kg x día).
El fraccionamiento indicado para el niño(a) que recibe fórmula es cada 3 horas
por 8
ó 7 veces en los primeros 2 a 3 meses y progresivamente cambiar a cada 4 horas
por 6 ó 5
veces hasta los 6 meses; en ambos casos 1 ó 2 de éstas alimentaciones será
nocturna en los
primeros meses.
La leche de vaca sin modificaciones es inadecuada para los lactantes menores de
un año ya que tiene una concentración excesiva de proteínas, calcio, fósforo y
sodio y
además es deficiente en ácidos grasos esenciales, vitamina C, E y D. El hierro,
zinc y cobre,
junto con ser insuficientes en cantidad, se absorben pobremente.